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Relaciones Tóxicas

En cualquier tipo de relación, sea pareja, amigos, familia o compañeros de trabajo, siempre nos encontraremos con personas que busquen manipularte, que te agredan con sus veladas ironías, burlas o busquen humillar a quienes lo rodeen debido a su egocentrismo y narcisismo. A esas personas hay que decirles ¡STOP!

A medida que vamos creciendo, frecuentando gente, conociendo personas, nos damos cuenta que hay cierto tipo de persona al que hoy en día llaman tóxicas.

Y es que pueden ser incluso nuestros propios familiares, nuestros amigos o nuestra pareja.


Estas personas se muestran encantadoras, pero la realidad es que nos falta conocerlos.

No he tenido la mala suerte de tener una pareja toxica, pero si he tenido muchos colegas, amigos incluso con esa actitud.

Siempre he pensado que a las personas se les conoce mejor cuando están enojadas, cuando estan en un momento de crisis, cuando están bajo estrés. Y es que es ahí cuando aflora su verdadero yo, aquél yo que está bajo la capa de dulzura que muchas no vemos.

Y sí, muchas de estas personas son realmente encantadoras, pero carecen de empatía. No usan el bienestar común como una ganancia para todos, sino por el sentido que tienen que así debe ser porque lo creen así.


Son en muchos casos, hasta personas inmaduras, aquellas que pueden o no, reconocer sus errores, pero siguen actuando mal a sabiendas de ello. Usan la manipulación para querer controlar todo a su alrededor. Pero más que todo la usan para que tú actúes de acuerdo a sus deseos.


Se podría incluso añadir, que una persona tóxica también es un narcisista, podrían resultar desconsiderados y emocionalmente inestables.


¿Qué hacer?


Por paz mental, simplemente ignorarlos, dejarlos estar. No caer en cuenta en su manipulación, seguir adelante y tratar de no esperar cosas de ellos, por ejemplo cambios de actitud, mejoramiento en su trato, que la disculpa sea sincera, etc. Tampoco vamos a ponernos a discutir con cada persona tóxica que encontremos en el camino, ni esperar que se disculpen por algunas de sus acciones, a veces eso simplemente no llega y debemos pasar la hoja y seguir adelante. Con la alegría y el buen ánimo que nos caracteriza.


Lo ideal es pensar en no tener una relación sentimental con una persona así. Pero si es un amigo, un compañero del trabajo, es pasable y hasta un mal necesario.


Aprendamos a tomar distancia, pero también a ser considerados, quizá en algún momento de nuestra vida fuimos un tanto tóxicos. El camino de una persona tóxica a una persona nutritiva, es largo, toma su tiempo, toma madurez, pero más que todo, toma alma, solidaridad, empatía.




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