En estos tiempos en los que vivimos, en la que muchos de nuestros países estan en cuarentena o con trabajos reducidos a casa, es que muchas caemos en depresión, ansiedad y angustia. Ese miedo constante que algo muy malo pasará.

Y sí, queda el trauma de lo vivido quizá con algún familiar que tuvo el terrible virus. Es por eso que debemos mantenernos activas, pero más que activas físicamente, mi recomendación va más allá de solo nuestro cuerpo, sino de nuestra mente.
Nuestra mente es poderosa, nunca descansa, puede llegar a atormentarnos y seguir y seguir pensando sin poder dormir, parar o siquiera descansar y es que en realidad, los seres humanos la tomamos muy mal cuando nos cambian los hábitos, cuando de pronto hay una pandemia y no puedes hacer las actividades que considerabas plenamente normales.
¿Cómo mantenerse ocupados?
Buscando proyectos, pero sobre todo leyendo.
Leyendo un buen libro, no necesita ser un Nobel de la literatura para que a nuestros ojos sea bueno o no.
Simplemente que nos interese, nos divierta o llame siquiera nuestra atención.
Marcial LaFuente Estefania

Conocí a este autor cuando apenas era una chica de 11 años y es que en ese momento leía todo lo que el dueño de la librería pudiera darme de forma gratuita o prestada. Y es que el dinero no abundaba en casa para gastarlo en un libro.
Es así que leí mi primera novela del oeste, de la cual me quedé terriblemente sorprendida, debido a lo sórdido, voraz, increíblemente salvaje que el autor relataba la época del oeste en cada corta novela que sacaba.
Obviamente mis momentos favoritos era cuando el héroe lograba su venganza a punta de pistoletazos o lograba salvar a la gente a la cual defendía.
Pero mi afición no paraba ahí, había muchas cosas que no entendía de la sórdida historia de la expansión del territorio de Estados Unidos, su lucha contra los indios americanos, las pocas o nulas leyes en ese entonces, etc. Así que simplemente a la par que leía alguna historia, buscaba en algún libro con un mapa y ubicaba dónde era que la ficción pudo realizarse, buscaba información sobre las armas que ellos usaban para imaginar que tan grandes serían, que tan dificultoso, cuál era la historia de tal o cual nombre de las armas, buscaba información sobre cierto clan de indios, sobre ciertos pistoleros y bandidos famosos, etc.
Incentivando así mi curiosidad, pero también mi imaginación. Y no es que anhelase vivir en un mundo así, sino que simplemente para una chica de esa edad, era algo nuevo, ver cultura de otro país, la vida en otra época, etc.
Así que, cojamos un buen libro y mantengamos nuestra mente ocupada. Disfrutemos un poco de la lectura e iniciemos una aventura.